El trabajo deslocalizado como respuesta a un reto global
El impacto medioambiental de las empresas ha pasado a ser un tema central en la agenda corporativa. Reducir emisiones, apostar por la eficiencia energética y avanzar hacia la neutralidad de carbono son compromisos cada vez más visibles en todos los sectores. Sin embargo, más allá de grandes inversiones en tecnología verde, existe un cambio silencioso con un enorme potencial: la transformación del modelo de trabajo.
El modelo deslocalizado, en el que los equipos operan sin necesidad de oficinas físicas centralizadas, no solo ha demostrado ser viable en términos de productividad, sino que también se ha convertido en un aliado estratégico en la lucha contra el cambio climático.
La huella de las oficinas tradicionales
Las oficinas convencionales generan un impacto significativo:
- Consumo energético constante en iluminación, climatización y equipos.
- Emisiones indirectas derivadas del transporte diario de empleados.
- Uso intensivo de recursos en suministros, materiales y mantenimiento.
Según diversos estudios, el traslado diario de profesionales a los centros de trabajo puede suponer hasta un 25% de las emisiones de CO₂ asociadas a una empresa. Este modelo, además, fomenta la concentración de tráfico en las ciudades y la pérdida de tiempo productivo en desplazamientos.
La eficiencia del modelo deslocalizado
Trabajar bajo un esquema deslocalizado reduce drásticamente estas cifras. Menos desplazamientos implican menos emisiones y menor congestión urbana. La eliminación de oficinas físicas disminuye el consumo energético y los recursos materiales asociados al mantenimiento de grandes instalaciones.
Además, este modelo abre la puerta a una mayor descentralización del talento, evitando la concentración exclusiva en grandes ciudades y permitiendo un impacto positivo en comunidades locales.
El valor añadido en sostenibilidad y talento
El impacto no es solo ambiental. La deslocalización permite a las organizaciones atraer y retener talento con criterios más amplios, ya que ofrece mayor flexibilidad y una mejor conciliación entre vida personal y profesional. En este sentido, la sostenibilidad no solo se mide en términos de CO₂, sino también en el bienestar y el compromiso de los equipos.
Cómo lo hacemos en onhunters
En onhunters adoptamos desde el inicio un modelo deslocalizado que nos permite combinar eficiencia, cercanía y sostenibilidad. Al no depender de oficinas físicas, reducimos nuestra huella ambiental y trabajamos con equipos distribuidos en distintos puntos, con la misma rigurosidad y coordinación.
Este modelo nos da la capacidad de estar más cerca de nuestros clientes sin importar la localización, aportando un servicio ágil y especializado, mientras reforzamos nuestro compromiso con el medio ambiente y el futuro sostenible del trabajo.
Un futuro empresarial más verde
El debate sobre el futuro del empleo no solo debe centrarse en productividad o innovación, sino también en el impacto medioambiental de cómo trabajamos. Adoptar modelos deslocalizados es una de las formas más inmediatas y efectivas de reducir la huella de carbono empresarial y avanzar hacia un futuro más responsable.
Porque menos oficinas no significa menos impacto en el negocio: significa más impacto positivo en el planeta.

